Diseñan nuevos procesos farmacéuticos que reducirán la experimentación animal
Investigadores del Departamento Farmacia y Tecnología Farmacéutica de la Universitat de València acaban de firmar el convenio para integrarse en la Red Internacional Alfa, cuyo objetivo es favorecer el proceso de investigación y desarrollo de nuevos fármacos y medicamentos así como también reducir la experimentación animal. Al mismo tiempo, el proyecto tiene la finalidad de potenciar el desarrollo científico y tecnológico en este ámbito en países en vías de desarrollo del área de América del Sur con importantes retos en la mejora de la salud y el bienestar de su población. La iniciativa está dirigida por la Universidad Miguel Hernández y además de la Universitat de València participan la Universidad Central de Las Villas (Cuba), la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina), la Universidad de Valparaíso (Chile), la Academia de Ciencias de Hungría y la Universidad Estadual Paulista de Sao Paulo (Brasil).
La Red Alfa, que cuenta con un presupuesto de 1,2 millones de euros aportados por la Unión Europea para tres años, “pretende definir los métodos de ensayos experimentales necesarios que se utilizan en el proceso de diseño de un medicamento de acuerdo con su comportamiento de disolución y absorción a través de las membranas del tracto gastrointestinal”, explica la directora del equipo, del departamento de Farmacia y Tecnología Farmacéutica, Matilde Merino. Estos modelos podrán tener aplicación en diferentes medicamentos que se administran por vía oral como por ejemplo antibióticos, fármacos contra el cáncer o el SIDA, etc.
La finalidad última de la Red Alfa es contribuir al desarrollo de políticas sanitarias en América del Sur a través de una mayor coordinación entre los organismos regulatorios, las universidades y las industrias farmacéuticas a nivel latinoamericano y con el apoyo y cooperación de la Unión Europea.
Este proyecto internacional innovará en el ámbito de la investigación de nuevas aplicaciones a moléculas conocidas para mejorar las propiedades farmacéuticas relevantes como es el caso de la biodisponibilidad -es decir, la cantidad de fármaco administrada que es aprovechada por el organismo- y también la combinación de herramientas informáticas, con el fin de evitar experimentaciones animales o en personas y acelerar y abaratar el proceso de descubrimiento y desarrollo de nuevos medicamentos. De hecho, se calcula que el coste para desarrollar un nuevo fármaco es de unos 1.000 millones de dólares y se necesitan entre 12 y 15 años por poderlo llevar al mercado.
Se calcula que el coste para desarrollar un nuevo fármaco es de unos 1.000 millones de dólares y se necesitan entre 12 y 15 años por poderlo llevar al mercado
Formación en métodos biofarmacéuticos
La formación de los investigadores es la meta última de la Red Alfa. De este modo, se ha previsto la organización de encuentros para presentar los resultados científicos del proyecto y talleres de formación y capacitación dirigidos a los profesionales latinoamericanos de la industria farmacéutica, la universidad y los organismos regulatorios.
Y precisamente en este marco, la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina) y la Universidad Miguel Hernández de Elche han organizado entre el 11 y el 14 del próximo octubre el primer Taller de Capacitación en Metodologías Biofarmacéuticas, incluido en el proyecto financiado por la Comisión Europea RedBiofarma. Esta iniciativa quiere contribuir al desarrollo de políticas sanitarias regionales con impacto en el perfeccionamiento de medicamentos accesibles y de calidad, mediante el apoyo científico a la formación de profesionales latinoamericanos a través de una red de cooperación con la Unión Europea capaz de articular la generación sostenible de investigación y capital humano.
Continuación del proyecto BioSim
La Red Alfa continúa el trabajo realizado por el proyecto europeo BioSim (2004-2010), financiado en el Sexto Proyecto Marco de la Unión Europea, el cual contó con la participación de 26 instituciones académicas -entre ellas, la Universitat de València-, diez industrias y cuatro instituciones reguladoras. BioSim demostró cómo las técnicas de simulación pueden disminuir el tiempo y coste de creación de nuevos fármacos, a la vez que reducir el uso de animales en el laboratorio y obtener tratamientos más personalizados y efectivos.