Teixobactina: algo más que el antibiótico del futuro
La noticia del descubrimiento del primer antibiótico en los últimos 25 años ha supuesto un auténtico bombazo. La Teixobactina parece ser el candidato a uno de los antibióticos del futuro al habernos quedado prácticamente sin ellos por las resistencias generadas en los últimos años. Pero, aunque esto es un bombazo, la técnica con la que se ha descubierto aún supone un bombazo mayor y que puede provocar una nueva edad dorada del descubrimiento de nuevos antibióticos.
En los últimos 25 años, no habíamos vuelto a descubrir ningún antibiótico y todas las organizaciones médicas y científicas comenzaban a dar la voz de alarma de que los antibióticos actuales ya no servían, ya que el uso excesivo y en muchas ocasiones sin razones médicas de muchos de ellos, habían hecho que perdieran efectividad al ir generándose resistencias.
La teixobactina y su actuación
Hace unos días, Nature publicaba un interesantísimo paper donde Ling et al. (2015), explicaban que habían descubierto un nuevo antibiótico que mataba patógenos sin resistencia detectable. Este nuevo antibiótico, conocido como Teixobactina, es capaz de actuar contra bacterias gram positivas, implicadas en un gran número de enfermedades como colitis, tuberculosis, conjuntivitis, meningitis o la neumonía. Además y quizás lo más importante, es que no generaba una resistencia inmediata entre las bacterias supervivientes a su ataque.
Aunque es bastante complicado predecir si en el futuro las bacterias pueden generar resistencias y por tanto ser inmunes a la teixobactina, no se espera que este hecho no se produzca hasta dentro de unas cuantas décadas, ya que el funcionamiento de este antibiótico, recuerda al de la vancomicina, un antibiótico descubierto en los años 50, que actúa contra la pared celular bacteriana y que funcionó de una forma efectiva durante más de 30 años hasta que las bacterias aprendieron a vencerla.
La forma de actuar de la teixobactina se realiza mediante la unión a los lípidos que los microorganismos emplean para producir sus paredes celulares, de forma que esta unión a los lípidos provoca que no puedan seguir formándola, la debilitan y finalmente acaba provocando la muerte del microorganismo.
El pequeño gran problema, es que no es eficaz contra todas las bacterias, ya que funciona sobre las gram positivas, pero no funciona sobre las gram-negativas que poseen una membrana externa adicional a la pared celular, lo que le confiere una gran resistencia y por tanto no serían atacados por este antibiótico.