Placebo, el poder de la mente
Los tratamientos simulados son increíblemente poderosos y efectivos. Los placebos para combatir la depresión producen más del 80% de los mismos efectos positivos de los antidepresivos. Los científicos trabajan para descifrar el poder curativo detrás de los placebos para aumentar la eficacia de algunos medicamentos e, incluso, llegar a sustituirlos.
En siglo XVIII, el médico alemán Franz Mesmer ideó un concepto al que llamó magnetismo animal. Según Mesmer, todas las creaturas contienen un fluido universal. Las enfermedades son causadas por el bloqueo de su flujo. Utilizó imanes para estimular el flujo en sus pacientes, quienes experimentaron síntomas como mareos, desmayos y vómito.
Escépticos, Benjamin Franklin y Antoine-Laurent Lavoisier simularon las sesiones de Mesmer en 1784. Pidieron a dolientes de distintos malestares que abrazaran árboles “magnetizados”. Tras presentar los síntomas esperados, se reveló a la gente que los árboles no tenían nada de especial. Evidentemente, algo más inducía las extrañas reacciones: el efecto placebo.
Actualmente, el profesor Ted Kaptchuk, de la Universidad de Harvard, estudia el poder de la mente. Durante un experimento, se dividió a 270 personas que sufrían de dolor en el brazo a causa de distintos males, en dos grupos. Al primero, se le administró una dosis de pastillas. Al segundo, sesiones de acupuntura. A las dos semanas, ocurrieron cosas extraordinarias.
En ambos grupos, los pacientes se quejaban de serios efectos secundarios, curiosamente, sólo aquellos síntomas de los que se les había prevenido que podrían presentar. El resto de los partícipes afirmaron sentir un gran alivio, particularmente quienes recibieron acupuntura. Las píldoras que se repartieron eran de maicena y las agujas utilizadas eran retractables; nunca penetraron la piel.
Los placebos funcionan debido a que estimulan respuestas fisiológicas reales, desde cambios en la presión arterial hasta cambios en la actividad cerebral. Se ha demostrado que intervienen en los circuitos que regulan la atención, la emoción y la expectativa. Sin embargo, no se trata de un único efecto sino de muchos.
El reto para los investigadores es descubrir los mecanismos detrás de estas respuestas fisiológicas. No obstante, el estudio de Kaptchuk revela que la administración del placebo es tan importante como el mismo. Algo que deben considerar las enfermeras y doctores, pues después de todo, la percepción del paciente influye en su salud.
Cabe mencionar que el estudio no estuvo enfocado a comparar dos tratamientos, sino que fue diseñado a comparar dos falsos tratamientos.